23.5.06
37.
Beijing resultó ser más linda de lo que pensaba. La gente es muy respetuosa y amable. Esa sensasión de caos y falta de espacio que uno supone de antemano fue evaporándose a medida que caminaba entre parques cuidados, calles arboladas, avenidas muy ordenadas y carteles olímpicos de Beijing 2008. Camino al hotel en que se alojaban las dos gringas pasamos por la estación de trenes. Estuve indeciso unos minutos. La imagen de China que tenía había cambiado y me habían dado ganas de quedarme unos días más. Se hacía de noche, las luces se empezaban a encender y la gente comenzaba a desaparecer de las calles. Pedí que me acompañen al hall central. Si veía un destino interesante y que saliera más o menos pronto, compraba pasajes. Si no, esperaba a Raf a la noche y decidíamos.
-Ey! Look!- dijo una de las chicas, y señaló al gran tablero del hall central que indicaba las salidas y llegadas de los trenes.
La última línea del tablero indicaba que a las 5.14 salía un tren con destino final Bombay.
India. Buena idea. Listo, Raf estaría de acuerdo. Les pedí que me acompañen hacia las boleterías. Busqué alguna para turistas o que indique que el empleado hablara inglés y me acerqué.
-Two tickets to Bombay- le dije a la china detrás del vidrio.
-Make it four- agregó sobre mi hombro izquierdo una de mis nuevas amigas norteamericanas.

roy.

1 comentarios:

ezaricos dijo...

No podés, no podés. Me muero de la intriga. Ñacañacañaca.