17.9.09
63

Llegando en tren a Budapest ves algunas colinas primero y después - mejor si vas del lado izquierdo- de repente estás cruzando un puente de hierro remachado y ante tus ojos se abre el Danubio. El Danubio azul del 94 % de los casorios, sí. Charararán chanchan chan chan chan chan y ahí va el abuelo a bailar el vals con la nena, qué vital. Después los edificios grises y ladrillos marrones y avenidas huidizas como llegando a casi cualquier otra ciudad. Y ese olor dulzón a brea vieja, a metal gastado, el mismo de las estaciones de subte de buenos aires, ese aire ferroviario. Y de pronto estás en Retiro. Pero no es Retiro, es una película de la 2da Guerra y uno no es Scarlett ni John ni Hans ni Piotr así que no importa. Y salís con tu bolso al hombro a una plaza impresionante. Y más allá de los edificios y los carteles ilegibles corre el Danubio Azul que es bien marron por debajo de puentes que fueron bombardeados hasta desaparecer y tranvías que van y vienen entre Buda y Pest y entre Pest y Buda y cómo haces para hacerte entender?
English?
Nem, nem, nem.

Raf.
2.9.09
62.

El viaje en tren de Estambul a Budapest tarda 31 horas, con escala en Belgrado. Uno dice carajo, debería ser más corto, estar más cerca. Pero no te importa. El viaje es el objetivo. Música en tus tímpanos, la vista devorando todo lo que ve por primera vez... Campos, más campos de los que uno imaginaría, pueblos sin nombre ni forma, castillos lejanos que parecen a punto de derrumbarse, puentes ultramodernos, fábricas de qué? Me preguntaba si este camino fue el trazado por los turcos cuando invadieron Hungría o si nada que ver. Me preguntaba si los transeuntes en ropa deportiva y sacones de antaño eran de oriente, de occidente, cristianos, musulmanes, conservadores, perdidos, locos... y te das cuenta que sí. Todo sí. Desde un tren que pasa, todos son nadies perdidos en destinos imposibles. En este lugar se cagaron a hachazos y a espadazos y a cañonazos y a tiros y derrumbaron y volvieron a construír. Acá también, y allá lo mismo. Una y otra vez. Y uno pasa y no hace otra cosa que pasar mientras toma una cerveza de nombre ilegible, encerrado en su cápsula de tiempo y mente.

Raf