1.
-Two tickets to Tokio-, le dije a la minita del mostrador. La japonesa estaba muy buena, y como todas, sonreía... Raf había llegado al aeropuerto hace un rato, y ya lo había perdido entre pasajeros de último momento, niños llorando y un grupito de estudiantes universitarias de intercambio de suecia. Está bien. Vale la pena perderse entre las chicas estas, pero bueh... De repente una mano me alcanzó el pasaporte de Raf. Se lo presenté a la japonesa del mostrador, hizo los trámites necesarios, le tiré unos galgos, que obviamente rebotaron, y luego de unos minutos, ya tenía los dos boletos para tokio, clase busisness, para dentro de 3 horas.
roy.
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