4.
Un tarado, como casi todos. O la gran mayoría. Primero que por qué viajaba, después que cuándo volvía, si iba a otros lugares... Qué te importa loco!!! Sellame el maldito pasaporte y listo, qué tanta pregunta, no me estoy escapando de nada, no me busca la Interpol, ni la Side, ni el Sindicato de Camioneros... Y es que estaba sentado en mi cómodo sillón de bisnis clas y todavía tenía bronca por el ¿oficial?, no, empleaducho de Aduanas... Raf había aguantado 16 minutos sentado, y luego desapareció hacia Primera, o el baño, o se había enredado con una aeromoza... no sé, no me importaba, el viaje sería largo... justamente por eso, ya habría tiempo para dormir, contracturarse, pedir bloddy marys, naipes, y todas las pavadas que se nos ocurran con tal de molestar a la mayor cantidad de gente posible... y sí, loco... en todos los vuelos siempre hay un molesto y siempre lo han molestado a uno. Este viaje sería mi pequeña venganza hacia todos los que alguna vez se agarraron de mi asiento, lloraron incansablemente, pedían ir al baño cada 3 minutos y volcaban cuánto líquido les servía. Entonces me paré, me choqué con una azafata oriental a la que le toqué un poco la cola, le dije un piropo, me sonrió y siguió hacia adelante. Yo, corrí la cortinita que nos separaba de la chusma, y me fui pal fondo del avión donde estaban las estudiantes suecas con las que obviamente ya había entablado relación en el aeropuerto. Objetivo: sexo, sino cuál otro. ¿Dónde? Ah, no sé. Bajo una frazada en mi asiento, en el baño, veremos.
roy
1 comentarios:
bolas, estoy en el laburo,recompenetrada en sus relatos, y de repente tengo q ahogar la carcajada! "la cortinita que nos separa de la chusma", genial!
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