15.7.09
49.

"Two tickets to...." No. Me hubiera gustado acercarme a un pulcro escritorio de aeropuerto y pedirle exactamente eso a una bonita sonriente azafata de turno: pasaje, salida, agua, vendas, escape, socorro, lo que fuera.
Pero no había aeropuerto, ni azafata, ni escape. Lo que había eran piedras y viento y frío. Y más frío, y más piedras y desolación. Como en Marte y yo era el Pathfinder criky criky criky mis rueditas superlocas ahora bajando a un cráter, mi antenita recibiendo instrucciones con 47 minutos de retraso, mi camara sacando panorámicas del desierto rojo. De nuevo, no. Pero... ¿Dónde carajo estaba y cómo había llegado ahí?
No lo sabía entonces, pero estaba en el extremo oeste de China - o Región Autónoma del Tibét - en las cercanías del lago Longmucuo. Long.
Y había llegado en una camilla de bambú arrastrada por un asno.

Raf.

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