2.9.09
62.

El viaje en tren de Estambul a Budapest tarda 31 horas, con escala en Belgrado. Uno dice carajo, debería ser más corto, estar más cerca. Pero no te importa. El viaje es el objetivo. Música en tus tímpanos, la vista devorando todo lo que ve por primera vez... Campos, más campos de los que uno imaginaría, pueblos sin nombre ni forma, castillos lejanos que parecen a punto de derrumbarse, puentes ultramodernos, fábricas de qué? Me preguntaba si este camino fue el trazado por los turcos cuando invadieron Hungría o si nada que ver. Me preguntaba si los transeuntes en ropa deportiva y sacones de antaño eran de oriente, de occidente, cristianos, musulmanes, conservadores, perdidos, locos... y te das cuenta que sí. Todo sí. Desde un tren que pasa, todos son nadies perdidos en destinos imposibles. En este lugar se cagaron a hachazos y a espadazos y a cañonazos y a tiros y derrumbaron y volvieron a construír. Acá también, y allá lo mismo. Una y otra vez. Y uno pasa y no hace otra cosa que pasar mientras toma una cerveza de nombre ilegible, encerrado en su cápsula de tiempo y mente.

Raf

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