20.10.09
71.

Y de pronto sale el sol en Budapest y es como si saliera el sol en todo el planeta. Los fantasmas de sobretodo desaparecen y en su lugar hay jardines invadidos por europeas con vestidos floreados y vagos cantando en el por siempre bello, inentendible, húngaro. Todas las palabras se acentúan en la primera sílaba en húngaro. Szérbusz, hógy vágy, ném értem! Todos elfos, si. Elfos golpeados por décadas de gris, oxidado comunismo.
Salí de mi cucha kafkiana y me tomé un tranvía y crucé el río escuchando "Al lado del Camino" de Fito. Menos que ver, imposible.
Ahí nomás está esa especie de castillo arrugado donde aparecen Eddie Murphy y Owen Wilson en "I-Spy". Pagué, entré. Pasillos misteriosos, cúpulas, columnas, antiguedades... vestuario, casillero, ropa, toalla... Y es cierto que te podés meter con sunga si querés. Pero entendés que acá, en estos piletones de agua a 38 grados se bañaban los invasores turcos, los romanos y cuantos más. Así que pelé y al agua pato turista. Los viejos húngaros te miran desde detrás de sus arrugas y parecen acusarte andá saber de qué.
Así que nadando en bolas en un baño turco en un rincón extraño de Europa Oriental.
Y justo ahí llegó Roy. Qué hacés Roy?

Raf.

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