7.8.09
60.

Nubes de arena. El helicóptero se fue y lo que quedó eran unas chozas camufladas y camiones oxidados. Y sí, las personas en este campamento semi pirata tenían todo el aspecto de haberse escapado del set de Mad Max. Alguien les había encajado un turista imbécil con una pierna rota y ellos, los de abajo, como siempre, tenían que hacerse cargo. Una gorda rusa me acomodó el hueso y me hizo las curaciones y me tiró en el suelo de lata de un vehículo tipo omnibus escolar yanqui.
Montañas... noches heladas... y tras días de viaje me dejaron en manos de un viejo mongol con un burro y una pipa. Le daba al opio que daba asco ( el viejo) . Supongo que yo también.
Pasé unos días en su casucha en la estepa, recuperándome y soñando con Barney el dinosaurio. Nadie hablaba. Alguien le había pagado, supongo. Todo alrededor era niebla y silencio.
Long... una nada en el medio de la nada. Llegué en camilla tirada por el burro pero ya caminaba unos pasos. Hay un lago chato cerca de Long, bastante maravilloso, aunque no saqué fotos. Saludé al viejo y me tomé otro colectivo... a Pakistán.
Desde hace horas que estoy en Estambul. Es un quilombo increíble y todavía rengueo por sus calles. De acá tomo un tren a Budapest y nos vemos con Roy en un par de días.

Raf.

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